miércoles, 8 de octubre de 2014

¿SON PERJUDICIALES LAS DIETAS HIPERPROTEICAS?



Las proteínas son las macromoléculas biológicas más importantes, ejemplo de ello es que representan más de un 50% del peso en seco de la mayoría de los seres vivos. Expresan la información genética en los seres vivos: componen las estructuras celulares y hacen posible las reacciones químicas del metabolismo celular.
Las proteínas actúan en gran variedad de situaciones: como enzimas (Hexoquinasa, Lactato Deshidrogenasa, DNA polimerasa), como elementos estructurales (Colágeno, Elastina, Glucoproteínas), en los sistemas contráctiles (Actina, Miosina, Dineína ), como reserva (Ferritina, Caseína, Ovoalbúmina), como vehículo de transporte (Seroalbúmina, Hemoglobina, Mioglobina), y también como elementos de protección (Inmunoglobulinas, Complemento, Trombina) y regulación hormonal (Insulina, Hormona del Crecimiento) (1).
A pesar de que nuestro organismo es capaz de producirlas de forma endógena, y de acuerdo a las necesidades, es precisa la ingesta de proteínas exógenas que puedan aportar aquellos aminoácidos que nuestro organismo no es capaz de producir, conocidos como esenciales.

¿Qué cantidad de proteínas debemos de consumir?
La ingesta de proteínas recomendada es del 10 al 15% del total calórico diario según la Organización Mundial de la Salud (2), aunque  determinados organismos consideran que esta cantidad puede alcanzar el 35% del total de calorías ingeridas (3). Una dieta hiperproteica es aquella en la cual se exceden las recomendaciones establecidas para los requerimientos diarios de proteínas. Actualmente se acepta que el consumo de 0,8 g/kg/día de proteínas es suficiente para cubrir los requerimientos nutricionales del adulto normal (3,4).

¿Para qué se usan las dietas hiperproteicas?
Los atletas y deportistas han llevado a cabo dietas altas en proteínas desde hace siglos (5). Probablemente la razón más citada para el consumo de una dieta alta en proteínas es aumentar la masa muscular, sobre todo entre los culturistas, levantadores de pesas y otros atletas de fuerza. 

Más recientemente la razón por la que se lleva a cabo este tipo de dieta es para la pérdida de peso. Aunque la eficacia de estas dietas en cuanto a la pérdida de peso es todavía objeto de debate, varios estudios han demostrado efectos fisiológicos favorables. Esto ha llevado a un aumento sustancial de la ingesta de proteínas por individuos que se adhieren a los planes de pérdida de peso contemporáneos. Como resultado de ello, la cantidad diaria recomendable de proteínas ha sido cuestionada (6).


¿Son perjudiciales las dietas hiperproteicas?
Este aumento en la ingesta de proteínas por encima de las cantidades recomendadas, supone que el organismo, concretamente el riñón, será sometido a una mayor carga para poder eliminar todos los productos de desecho originados tras el metabolismo de dichas proteínas (6). Estos son algunos de los argumentos que se emplean en la actualidad para considerar a las dietas hiperproteicas como perjudiciales.
Ha surgido la duda de si esto afectará a la salud de quienes las practican, tanto metabólica como clínicamente. Por ello se han elaborado numerosos artículos para dar la voz de alarma sobre las dietas hiperproteicas y su afectación tanto a nivel renal como la pérdida de masa ósea (4,7,8,9,10,11).
Respecto a la función renal, hay artículos que consideran que la hiperfiltración glomerular, que puede darse en este tipo de dietas, está relacionada con Enfermedad Renal Crónica (12,13), definida ésta como daño renal o una disminución de la función renal, determinado por disminución del filtrado glomerular (TFG) durante tres o más meses (14). No obstante, dada la antigüedad de estos artículos, está más aceptado que la hiperfiltración glomerular subyacente a este tipo de dietas, en individuos sanos, sea un mecanismo adaptativo normal (6).
Por el contrario, en individuos que ya presentan algún tipo de problema renal se ha demostrado que dietas de alto contenido proteico causan empeoramiento de la situación y conducen a Enfermedad Renal Crónica (6,9,11).
Tampoco hay evidencia de que afecte a la descalcificación ósea como consecuencia de la acidosis subyacente a este tipo de dietas y al mecanismo coompensatorio propuesto a través de la pérdida de carbonato cálcico del tejido óseo. 
Espero que esta información os haya sido de ayuda. Atentamente Alberto Sánchez Mellado –Grado Enfermería, Estudiante de Medicina- (Health&Society91)


Bibliografía
1. Nelson, DL; Cox, MM. Las proteínas y sus funciones biológicas: perspectiva. Lehninger Principios de Bioquímica. 4ª edición. Ed. Omega. 2005; 59-72

2. La FAO y la OMS presentan un informe de expertos sobre dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas, 2003.

3. Surdykowski, Anna k; Kenney, Anne M; Insogna, Karl L; Kerstetter, Jane E. Dietary Protein´s Impact on Skeletal Health. Diet Nutrients, and Bone Health 2012; Cap 15: 223-230.

4. López Luzardo, Michelle. Las dietas hiperproteicas y sus consecuencias metabólicas. An Venez Nutr 2009; 22(2): 95-104

5. Tipton, Kevin D. Efficacy and consequences of very-high-protein diets for athletes and exercisers.  Proceedings of the Nutrition Society  2011; 70 (02): 205-214.

6. Martin, William F;  Armstrong, Lawrence E; Rodriguez, Nancy R. Dietary protein intake and renal function. Nutr Metab (Lond) 2005; 2: 25.

7. Metges, CC;  Barth, CA. Metabolic consequences of a high dietary-protein intake in adulthood: assessment of the available evidence. J Nutr 2000; 886–889. 

8. Martin, WF; Armstrong, LE; Rodriguez, NR. Dietary protein intake and renal function. Nutr Metab (Lond) 2005; 25.

9. Friedman, Allon N. High-protein diets: Potential effects on the kidney in renal health and disease. American Journal of Kidney Diseases 2004; 44(6): 950 – 962.

10. Poortmans, JR; Dellalieux O. Do regular high protein diets have potential health risks on kidney function in athletes?. Int J Sport Nutr Exerc Metab. 2000; 10(1): 28-38.

11. Eisenstein, Julie; Roberts, Susan B; Dallal, Gerard; Saltzman, Edward. High-protein Weight-loss Diets: Are They Safe and Do They Work? A Review of the Experimental and Epidemiologic Data. Nutrition Reviews 2002; 60(7): 189-200.

12. Brenner, BM; Meyer, TW; Hostetter, TH. Dietary protein intake and the progressive nature of kidney disease: the role of hemodynamically mediated glomerular injury in the pathogenesis of progressive glomerular sclerosis in aging, renal ablation, and intrinsic renal disease. N Engl J Med 1982; 652–659.

13. Juraschek, SPAppel, LJAnderson, CA; Miller, ER. Effect of a high-protein diet on kidney function in healthy adults: results from the OmniHeart trial. Am J Kidney Dis 2013; 61(4):547-54.


14. Levey, AS; Coresh, J; Balk, E; Kausz, AT; Levin, A; Steffes, MW; et al. National Kidney Foundation practice guidelines for chronic kidney disease: evaluation, classification, and stratification. Ann Intern Med. 2003;139:137–147.

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